El proyecto costará alrededor de 46 millones de pesos y tomará unos tres años en ser construido, dijo el secretario de la Comunidad Mexicana de Aceleradores de Partículas (CMAP), Bruce Yee Rendón.

Para optimizar los costos, se planea usar cavidades y magnetos no superconductores. El acelerador mexicano lineal de electrones funcionará en dos modos: haz de partículas y haz de radiación sincrotrón. La energía de las partículas variará entre 80 y 120 megaelectronvoltios (MeV).

El proyecto será llevado a cabo por las universidades de Guanajuato, Autónoma de Sinaloa (UAS), Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) que pertenece al Instituto Politécnico Nacional (IPN). En participación con el Jefferson Lab, Universidad de Old Dominion, la Universidad de Texas A&M, CERN y J-PARC.

Comparado con avances de otros países es un poco tarde, sin embargo ya era necesario que México se pusiera a la par en investigación científica. Este acelerador será una herramienta que dará beneficios que aun ni siquiera podemos predecir a ciencia cierta, pero se espera que servirá para procesos industriales, polimerización, esterilización de alimentos e incluso para tratar aguas residuales. También tendrá uso en medicina, para la elaboración de radiofármacos.
Además, la herramienta podrá ser usada para la calibración de detectores de partículas y para la espectroscopia, técnica usada por físicos y químicos que emplea la radiación para obtener información de la estructura y propiedades de la materia, entre otros.

Crucemos los dedos para que el proyecto no se estrelle con los muros burocráticos del gobierno y tenga su financiación en tiempo. Le deseamos mucha suerte a las universidades y empresas involucradas.